domingo, 7 de agosto de 2011

La melancólica y a su vez deliciosa depresión. deserción o depreciación.






La depresión es una pausa de tu vida y -tal vez-, con daños irreparables, pero - quizás- necesarios ¿ será?. Lo que si es palpable es el sufrimiento causado por tus semejantes ( familia, amigos, etc) en  la descomposición de la apreciación de la dinámica material de la vida cotidiana,  sí,  del entorno más mediato, en el ser más próximo, más a la mano, increíble pero es más descuidada su apreciación; pues desde su punto de vista del depreciado,  perdón el depresivo,  al no ser un ente enclavado en la actitud general de la ansiedad colectiva por adquirir lo que se te ponga enfrente, ¨estás mal.¨,         -- !claro para  los consumistas! --..¿Quiénes realmente están mal? . Pues a veces el deprimido puede solo estar distraído de la ansiedad social y sea visto como un retraído insociable y hasta descompuesto para la entonces sociedad; sin embargo puede estar inmiscuido en una verdadera introspección y la dinámica de su proceso, en la que ríos de filosofía y cuestionamientos de todo el entorno social , le conlleven a ese proceso de aislamiento, -probablemente- de manera apresurada , generada por el rechazo de la decepción y frustración de no soportar el sistema y su "modus". ¿ Cuál será la verdadera adaptabilidad a los cambios y su metamorfosis hacia una verdadera evolución?. –Por ahí dicen- que el mejor adaptado es el que sobrevive; entonces aquí el planteamiento:  Los que están en esa espiral de introspección, cuestionamiento y desencanto de la sociedad ó los que en la simple y cómoda indolencia no le cuestionan, pero sí aprenden a nadar como verdaderos tiburones en el bravísimo mar de la revuelta material, mediática y ciertamente plástica sociedad... 
¿Qué será entonces lo mejor? , en ese mar llamado sociedad. ¿Hacerte el ave que le circunda y observar desde arriba, para ver si te conviene entrar de lleno al agua a nadar con toda clase de especies, haciéndote presente y haciendo  frente a la encarnizada lucha de la cadena alimenticia para devorar o ser devorado sin misericordia en cualquier momento; aprendiendo a ser un verdadero tiburón que no se detenga a cuestionar absolutamente nada y solamente devorar sin piedad, con total dominio a cualquier organismo vivo que se te ponga enfrente ?, ¿ Ese será el modelo ideal? . Como que no puedo estar en cinésica y empatía con  la mini conciencia del tiburón ó más bien –digamos-,  la inconsciencia total del tiburón. Prefiero ser un desvalido avechucho, que este perdido en los aires observando con detenimiento lo que pasa en ese bravo mar;  en el que -tal vez -no sepa nadar muy bien y solo de vez en cuando me zambulla a solo tomar lo necesario.  
--Y si... no quisiera yo aprender a nadar bien--, ¿ Será porqué aprendí a volar primero? .




ARMANDO DIAZ , en una tarde sin Internet obligado a la reflexión…